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domingo, 17 de diciembre de 2023

GOT BACK BRASIL: RÍO





Para Tiempo Argentino y Editorial Mil Campanas

Paul McCartney, el hombre de las canciones perfectas, símbolo de un tiempo histórico de la música universal, a los 81 años, clausuró anoche su gira “Got Back”, en el estadio Maracará de Río de Janeiro, bajo un calor que desafiaba la tolerancia humana. Una multitud lo soportó empujada por la zozobra de que fuera, acaso, la última vez del beatle en Sudamérica. McCartney respondió con gestos en sentido contrario.

Si “Got Back” fue la última gira profesional del ex beatle, como se presumía, hasta era natural que su despedida fuera en Brasil, el país sudamericano con el que selló un lazo más estrecho. En 1990 batió el récord Guiness por el evento musical de mayor concurrencia (184 mil espectadores). Cuatro veces visitó la Argentina (1993, 2010, 2016 y 2019). Pudieron ser cinco en 2023, pero la incertidumbre económica vernácula ayudó a frustrar el retorno.

La presencia de las hijas Mary y Stella, que no suelen viajar con Paul, alimentó en la previa la perspectiva de los fans que esta vez el concierto en Río de Janeiro fuera a representar más el final del “Got Back Tour”, que pasó por Estados Unidos, Inglaterra, Australia y México.

El Maracaná, desbordado, estallaba. La tragedia por la muerte de una fan de Taylor Swift, por el calor, en noviembre, sobrevoló la previa del concierto. Nunca como anoche fue tan fácil conseguir una botella de agua.

Con el bajo Hofner a cuestas, Paul arremetió en el inicio con “Can't Buy Me Love”. La felicidad flotaba. Las siguientes canciones recordaron su época con Wings: “Junior's Farm” y “Letting Go”. En esta última hicieron su presentación los Hot City Horns: Paul Burton en trombón, Kenji Fenton en saxo y Mike Davis en trompeta. Apostados en un rincón de la platea izquierda, se sumaron a Paul y el resto de su banda durante el tema incluido en el disco “Venus And Mars” (1975), en el que se destaca el solo de guitarra encendido de Brian Ray.




Prosiguió con “Got To Get You Into My Life”, pasó por “Come On To Me”, “Let Me Roll It” (con la coda de "Foxy Lady", “Getting Better” y “Let Em' In”, que en las pantallas difundió el mensaje de diversidad sexual. La continuidad de Paul frente al piano dio paso a "Nineteen Hundred And Eighty Five", en otro destacado show de luces. Una vez terminada, una gran parte se animó a cantar el estribillo de "Band On The Run", tal como se escucha en el disco.

Lo siguiene fue "Maybe I'm Amazed", dedicada a Linda McCartney, un test exigente para su voz, quedó claro que el presente vocal de ex Beatle es bastante mejor que lo que mostró en los últimos años. No fue el único gesto de la noche para alejar el horizonte del retiro. Con Nancy Shevell entre los presentes, acompañada de Stella, Macca dedicó “My Valentine” que proyectó el videoclip protagonizado por Natalie Portman y Johnny Deep, y cerró la fase pianística.

Del piano, a paso lento y seguro, se dirigió a uno de sus asistentes para colgarse la guitarra acústica. "I've Just Seen A Face" lanzó la exclamación de un Maracaná ardiente que se entretuvo con "In Spite Of All The Danger", la histórica canción que lleva la firma de Paul y George Harrison. El coro fue interpretado por más de 80 mil almas y dejaron perplejo a McCartney y su banda. El "Oh, oh, oh!" sonó con fuerza, ante la asombrada y contenta mirada de Paul. “Love Me Do”, la primera y sencilla canción de Los Beatles, remarcó su vigencia con un acompañamiento del público sostenido.

En cuestión de segundos, McCartney tuvo una mandolina entre las manos y dio comienzo a "Dance Tonight", la que permite el baile festivo del baterista Abe Laboriel Jr.

Infaltable “Blackbird”, en modo acústico, y “Here Today”, primer homenaje a John Lennon. Paul pidió aplausos y el estadio se vino abajo. En ambas, Paul dio más muestras de su repunte vocal. Solo ante la multitud, emanó oficio y talento puro. Los brasileños le cantaron "Paul, te amo" en portugués y al notar que no entendía el mensaje lo hicieron en inglés. El zurdo bajista largó una sonrisa para formar con las manos un corazón. Idilio puro.

La emoción quedó de lado cuando se escuchó "New", seguida de "Lady Madonna", en el piano mágico.

El Höfner volvió a escena. Paul miró la lista de canciones y repitió la dedicatoria a Denny Laine con una soberbia interpretación de "Jet". La disposición de luces resultó impactante para acompañar uno de los temas más energéticos de su etapa solista. "Being For The Benefit Of Mr Kite" aportó otra dosis del disco "Sgt Pepper's Lonely Hearts Club Band", el disco del cual Paul se siente más orgulloso en su etapa beatle, y lo deslizó en Río.

El momento homenaje esta vez recaló en George Harrison. "Esta canción es para mi hermano, George", dijo McCartney. Con un ukelele dio inicio a "la mejor canción de amor", según Frank Sinatra, y la gente lo acompañó. Punto alto de la noche porque el cántico de los brasileños envolvió una vez más el Maracaná y lo hizo un karaoke gigantesco. La aparición de las imagenes de Paul y George hicieron caer alguna lágrima y McCartney agradeció el entusiasmo de la gente. Pero no terminó ahí, porque a la hora de "Ob La Di-Ob La Da" se produjo un hecho impactante. No desde el escenario, sino de las gradas. Un impresionante despliegue de luces (verdes, amarillas y blancas), acompañado de globos, bañaron al Maracaná de colores. Paul quedó deslumbrado otra vez. 

El tramo final fue demoledor. “Band On The Run”, “Get Back”, “Let It Be” y “Live And Let Die” con un despliegue colosal de fuegos artificiales. Si la temperatura estaba elevada, el tema incluido en la banda de sonido de la película del agente James Bond hizo que todo volara por los aires.

Iban dos horas y media de show. McCartney, de 81 años, no había sido vencido por el calor. Cuando comenzó con “Hey Jude” el Maracaná se llenó de carteles alusivos a la extensa coda y la armonía con el público fue total. Un espectáculo fenomenal. El Marcaná cubierto de carteles. Inolvidable. Todos lo sabían. Es el principio del final.




Siguió “I've Got A Feeling”, y de alguna manera, McCartney y Lennon volvieron a cantar juntos. La pista de John se escucha nítida, su figura está en la pantalla, y la magia ocurre. Prosiguió con “Birthday”, que no venía tocando. Poco después, “Sgt Pepper" (en su versión Reprise) y “The End” para la conclusión del concierto. Ovación.

Esta vez sí es el final. De la gira, seguro. ¿De Brasil? ¿De Sudamérica? “See you nex time”, lanza McCartney. Una promesa con forma de esperanza. ¿Habrá próxima vez?


* Pronto, el video en nuestra cuenta de YouTube y el PAULcast en iVoox, Spotify, Google Podcasts y Apple Podcasts




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